4. Especies Invasoras en el Océano

¿Qué daños pueden causar?, y ¿podrán alguna vez ser benéficas?

Las especies invasoras tienen muchas formas diferentes de impactar el medio ambiente en el que se encuentran. Pueden inducir cambios ecológicos que conduzcan a la extinción de otras especies, es decir, a la pérdida de hábitat, que eventualmente provocará una pérdida de la biodiversidad mundial. Las especies invasoras también pueden afectar la economía, así como la salud animal y humana.

Estos son algunos ejemplos de cómo las Especies Exóticas pueden afectar negativamente a nuevos entornos:

La Culebra Arbórea Marrón es originaria de Australia. En la década de 1950, fue transportada accidentalmente en carga a Guam, una isla en el Pacífico occidental, a unos 3,000 km al norte de Australia. La culebra arbórea marrón se alimenta de lagartijas y aves nativas y causa frecuentes cortes de energía al trepar por los cables eléctricos. Por tanto, es responsable de grandes pérdidas económicas.

El virus de la influenza aviar, también conocido como gripe aviar o virus H5N1, se aisló por primera vez en 1996 de un ganso criado en la provincia de Guangdong, China (OMS). Se transmite por aves migratorias. En nuevos entornos, infecta a las aves de corral, las aves acuáticas, algunos mamíferos e incluso a los humanos.

El perejil gigante (Heracleum mantegazzianum) es originario de Asia y se introdujo en Europa como planta ornamental a mediados del siglo XIX. La planta tiene dos impactos principales; en primer lugar, forma un dosel denso, superando a las especies ribereñas nativas. El crecimiento cerca de las orillas de los ríos también resulta en un aumento de la erosión del suelo. En segundo lugar, exuda una savia que sensibiliza la piel a la radiación ultravioleta (es decir, la luz solar) que puede provocar quemaduras y cicatrices lentas de curar.

¿Alguna vez son benéficas las Especies Invasoras?

Además de sus efectos negativos, algunas especies invasoras pueden tener rasgos positivos. Estos rasgos son a menudo la razón por la que una especie, que eventualmente se vuelve invasora, se introdujo en un ecosistema en primer lugar.

La mora del Himalaya (Rubus armeniacus), originaria de Armenia, por ejemplo, se introdujo en Europa, América del Norte, Asia oriental y Australia en el siglo XIX debido a su fruta muy apreciada. Además de los efectos negativos de crecer rápidamente y desplazar a las plantas nativas, la mora del Himalaya produce bayas comestibles que disfrutan tanto la vida silvestre como las personas.